DIEZ PALABRAS PARA LOLA

SECULAR – INCORREGIBLE – PERENNE – CHIVATO – LISIADO – TIROTEO – CONSIDERADO – ALIJO – OLVIDO – GENITAL

Lola llegará a ser una Mata Hari de suburbio, quizás también pueda aspirar a convertirse en una viuda negra de los arrabales. Desde adolescente estaba predestinada a tener la brújula cardiovascular desimantada porque creció entre mordiscos y ladridos; muy pronto se hizo mujer de falda corta, culo alto, piel caribe y unos ojos de gata que en ocasiones son transparentes y puedes ver el rodar del mundo a través de ellos. Tiene mala suerte escogiendo medias naranjas ya que posee el defecto incorregible de encariñarse con quien no debe. Dicen en la familia que toda la culpa es de un bisabuelo loco, vikingo, borracho, blasfemo, hereje y embustero. Aquel pariente lejano se pasó media vida masticando luciérnagas excitadas, pensaba que así iluminaría su interior y encontraría la paz. La palmó de una intoxicación luminosa en las tripas, pero involuntariamente mezcló su ADN con el de los insectos y ahora, varias generaciones después, Lola tiene el gen testarudo de los mosquitos, el impulso suicida de los tábanos: parece una de esas polillas que chocan continuamente con las bombillas de las farolas, una y otra vez, aunque se quemen, aunque mueran a fuerza de darse cabezazos contra una falsa luna incandescente.

Su historial matrimonial así lo demuestra:

Primero fue un croupier de taberna, trasnochador y matemático; el manejo que demostraba con los naipes la hacían desear esos hábiles dedos tamborileándole en el sitio justo por donde se le mete la costurita del tanga, sobre su baraja cuatrilabial, pero el tipo era más de comer plátanos que de pelar kiwis. Tardó poco en darse cuenta: la primera –y única- vez que inauguraron la alcoba se encontró con plumas de colores flotando en el aire y con todos los armarios abiertos de par en par. En el mar de los ojos de Lola se divisó un naufragio inesperado, un rumor de maderas quebradas y un bello mascarón de proa ahogándose.

Más tarde se amarró a un capo mafioso, antítesis del primero: analfabeto afectivo, buscador de la muerte en cada negocio, funámbulo sordo de la vida. Fueron tiempos de champagne y humillaciones, de astracán y desalojos. Todo principio tiene su final y un soplón (chivato policial) desencadenó la caída de aquel emperador barriobajero: tras un tiroteo con los sicarios gubernamentales quedó lisiado de por vida, un (des)considerado proyectil hizo diana en su escroto y ahora el croupier y el mafioso pertenecen a la misma asociación, un club muy meti-culoso. Lola no lloró y detrás de sus pupilas aparecieron pasarelas y ciudades desmoronadas a traición, como si un terremoto nocturno se la tuviera jurada.

El tercero (en discordia) fue un viajante solitario que la encandiló con promesas de llevarla a países recién dibujados, a lugares donde el clima es elegido por el visitante, oasis de fiesta perenne, de permisión total, de pulsera vip con todo incluido. Ella creyó palabra por palabra; en cada nueva revelación una noche de colchón, en cada quimera futura un amor de urgencia en la toilette del aeropuerto. Pero la pirámide se derrumbó el día que -amorosamente- quiso deshacer su maleta tras uno de los viajes, descubriendo que no transportaba fábulas de paraísos tropicales ni algoritmos de latitudes atlánticas, en su lugar guardaba un alijo de bragas ajenas (trofeos o fetiches, vete tú a saber). Lola abrió sus enormes ojos, quería lograr a toda costa que se le borraran las polaroids de desiertos lluviosos, de glaciares derretidos en chocolate caliente, de mentiras y más mentiras.

Ahora anda medio liada con un imaginante fronterizo que memoriza novelas de tres líneas, que es iconoclasta por naturaleza, que no venera ningún ídolo, ni divino ni secular, que abjura de cualquier imagen italiana que represente el más allá. Es un hombre que sueña en papiamento, que habla spanglish y que firma en español. En los ojos felinos de Lola se adivina un campo de amapolas donde –de momento- los vientos juegan al tres en raya.

Lola no quiere leer el libro nonato que él está escribiendo. Lola tiene bastante en recontranegarse a dejar caer en el olvido un tuit orwelliano que siempre recordará: El corazón es mi puta preferida.

Si yo pudiera mirarla en este momento directamente a los ojos vería un galeón pirata con todas sus lombardas dispuestas a cañonear lo que sea, a quien sea, incluso a ella misma.


Filmografía: Der blaue Engel, Marlene Dietrich.

Banda Sonora: Una historia de Alvite, Ismael Serrano.

Libro de cabecera:  María Dos Prazeres, (séptimo cuento peregrino) G. García Márquez.

26 comentarios en “DIEZ PALABRAS PARA LOLA

  1. Ya se me hace dificil comentarte, no quiero que suene a falsa albanza
    Solo dos cosas:
    1. Que envidia me das.
    2. Antes de leer las referencias, iba a decirte que qué caribeño este cuento, pero en vista del libro de cabecera que tienes, obvia el comentario.

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    • otras 2 cosas:
      1. Eres un ángel. Soy yo quien envidio lo mucho que dices con pocas lineas (es una de mis tantas asignaturas pendientes)
      2. He intentado imitar el realismo mágico de un maestro, malamente, por supuesto.

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  2. Gracias a ti me he propuesto revisar, desde hoy mismo, las obras maestras más representativas de Fassbinder, un director que amé en los 80 y al que, últimamente, le tengo muy abandonado.
    ¿Que, porqué te digo esto?: debe de ser que me hago mayor porque me he dejado llevar por el efcto hipnotico de tu manera de narrar y me ha apresado la mente el recuerdo de otra «Lola», la de Fassbinder; que, en cierto modo, guarda muchos paralelismos con esa Lola que has dibujado y a la que me encantaría conocer; no tanto por lo de las hendiduras y los tangas, sino por perderme en esos ojos que has plasmado en glorioso technicolor y cinemascope; -te confieso que últimamente necesito soñar más que nunca-.
    Mi corazón ya es una vieja prostituta cargada de mil historias, y otras tantas despedidas; quizá aun le quiera por eso o puede que sea porque él aun me hace intuir en otros ojos esos galeones de entre los que salta Errol Flynn: un capitan Blood que no lleva Blood en las venas, sino Wisky y que nunca se olvida de mí en sus, cada día más espaciadas, incursiones en barbados.
    Culo alto, piel caribe; me hablas de toda una hoja de ruta para ser feliz en esta cosa que, a veces, llamamos vida; definitivamente me he enamorado de esa Lola; aun que ella jamás lo sabrá: me gusta más así y, además, tengo en mucha estima a mi escroto. 🙂
    Un abrazo, amigo mío; a veces, al leerte, me acuerdo de mí mismo hace 20 años; no tenía tu talento pero sí tu entusiasmo y tu pasión y, como no, una dulce dosis de cinismo que me delataba a menudo porque saltaba a la vista que solo era una coraza para defenderme de lo que intuía que me tenía preparado la vida (al final llegó, vaya que llegó)
    Fascinante, amigo mío; realmente disfruto en tu blog; en la red soy más yo mismo que en la vida (es un contrasentido, lo sé) pero, cuando te escribo, aun lo soy más.

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    • Parece todo misteriosamente encadenado. Daba vueltas en la cabeza al icono de la femme fatale, irremediablemente sobresalía el personaje de Lolita, de Vladimir Nabokov, de ahí el nombre de Lola, pero por debajo de ella empujaba con fuerza Hanna Schygulla, alemana, con carácter, impagable en «Las amargas lágrimas de Petra von Kant» que (curiosamente) fue pareja artística -y seguramente de cama- de ¡bingo! Fassbinder.
      Los 80 casi ni los conocí, pero he leído que en aquel entonces el mundo era bastante redondo. Hoy el mundo está tan lleno de esquinas y de astillas que has de caminar con mucho cuidado. Pero de tiempos pasados no se vive, hay que mirar siempre pa’lante, aunque soñar es una manera de visualizar el futuro. Creo.
      Ahora una pequeña advertencia, si te has «enamorado» de Lola has de saber que serás bígamo emocional. Culo alto y piel caribe existe, y además es muy lista, tiene un par de cientos más de neuronas que la media, sabe que la inteligencia es enormemente sexy. La que posee ojos que retienen océanos también existe, y puede ser una asesina en serie matando con cada mirada, conmigo ya lo hizo.

      Saludos, amigo, y ánimo, que el mundo no se para ante nada, aunque los cabrones de arriba se empeñen.

      (Hoy llovía en Santander, y en Maliaño había un atasco de narices)

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  3. Este escrito seduce como puede llegar a seducir el Mal. La perfidia escondida tras la perfección de los cuerpos retratados por Leni Riefenstahl. No fueras tú el autor podría hasta pensar en algún ramalazo de la chica con-el-tatuaje-de-ninfa-voladora capaz de asociar insuficiencias hidráulicas con apuntarse al club del pepino. Y calladito me habría quedado yo de no haber sido porque en tu respuesta al comentario anterior (es decir, fuera de personaje) definiendo a la Lolita de Nabokov «femme fatale»… como un Humbert Humbert cualquiera, me has hecho escupir el tinto (y no lo estaba catando). ¡Pero en fin! Wilde decía algo así como que el arte no puede ser categorizado como moral o inmoral si no como bien o mal hecho. Y esto, como todo lo que escribes, tiene mucho arte, ¡olé!

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    • Para mí «femme fatale» es aquella mujer que, voluntaria o involuntariamente, nos lleva por el mal camino, y muchas veces nos acompaña ella hasta el final.
      Aquella niña rubia de ojos dulces, llamada Sue Lyon arrastro a varias generaciones al pozo sin fondo de lo inmoral.
      Últimamente el arte que me interesa es únicamente el transgresor, ya sea el de Leo Bassi o el de los mimos de las Rambles.
      Saludos, fratello

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  4. Buenas tardes, he estado curioseando un poco por encima, ahora más o menos sé por dónde pueden haberse cruzado nuestros caminos, la preciosa Mar o ese rincón de «Viva», decirte que sí, realmente escribes bien, sobre todo hay una entrada, «diccionario peculiar» que me ha parecido soberbia, pena de no haber encontrado allí un espacio para comentar, por eso uso este, con tu permiso, nada, cuídate.

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    • Bona nit, admiradísimo Dess, el mundo es un pañuelo (lleno de mocos), me alegra tu visita; supongo que sí, que hemos coincidido en donde la preciosa Mar, que aparte de belleza es una nambar guan con las palabras, y también en Viva, que es la más lista, tiene un ejercito de posteadores gratuitos haciendo su trabajo. Soy un torpe tecnológico y cuando intento mejorar algo seguro que jodo otra cosa, como lo de los coments, puedes curiosear todo lo que quieras, es gratis. Lo de escribir bien es una opinión tuya -que agradezco- los hay infinitamente superiores (el rey del viento, por ejemplo) pero lo importante es lo que se escribe, no cómo se escribe.
      Re-cuídate.

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