Después de varios años es lo mínimo que puedo hacer…
No puedo explicar cómo ha cambiado mi vida en un año y cinco meses desde un diagnóstico que me rasgó el poco velo que me quedaba de Alma… Total, a mí ya me la habían robado algunas circunstancias desagradables… Muy desagradables, harto desagradables, demasiada humillación para mí como mujer, como persona, como pareja enamorada, hija abnegada y trabajadora incansable.
A día de hoy poco me importa quiénes ayudaron al hurto de mi verdadero sentimiento. Yo, teniendo claro a los culpables del vilipendio, prefiero callar para no procurar mal ajeno. Pero no elucubren ustedes… La que suscribe, que creía en el bien por naturaleza de todo ser humano, sabe hoy que sí es verdad que existen personas «malas» que sólo se complacen en el sufrimiento ajeno. Sigo guardando con celo sus nombres por pudor y por no herir a quienes quiero. (Supongo que el paso del tiempo y mi proximidad a la muerte…
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