«Solamente él sabía la respuesta.»
Rabia, decían algunos cuando sus pies patearon y dañaron todo lo que encontró a su paso.
Locura, decían otros cuando con sus propias manos arañó y destrozó los techos, las paredes y los suelos de su habitación. Acabó por arruinar su propia casa.
Miedo.
Sí, miedo. Ésa es la respuesta. Miedo al exterior. Miedo a lo desconocido. Miedo a la desprotección.
«El bebé sobrevivirá, pero la madre tiene daños irreversibles».
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