no lo entiendo

Quizás haya escrito alguna vez la palabra  enfermera

Quizás haya escrito más de una vez la palabra  follar

Dudo haber escrito  verga

Dudo haber escrito mexicana

 

Pero estoy segurísimo que nunca escribí cojiendose, sobre todo porque es un gerundio acentuado y se escribe con g de guarro

 

El tarado salido que viene a mi blog a buscar esas cosas es de Filipinas, me lo ha dicho Google Analitics. No tiene nada que ver la procedencia, ese tipo de personas habitan en todo el mundo, pero me choca que a un filipino le pongan las enfermeras mexicanas, o quizás sea un mexicano que sueña con vergas filipinas. No lo entiendo.

 

¿alguien sabe lo que significa “pasiantes”?

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EL SILLÍN DE MI MOTO ECHA DE MENOS TU CULO

Va pasando el tiempo y alguna neurona desocupada se encarga de conjugar los impulsos nerviosos hasta que salta un chispazo dentro del cerebro.  Los olvidos están despedazados a lo largo y ancho de la memoria, pero esa neurona –cabrona y con mala intención- los recupera, los enlaza, los reconstruye y hace que encajen en alguna fecha, en algún momento inesperado.

Hoy coincide todo eso y una nostalgia suboceánica asoma para recordarme que hace un año, más o menos, nos descubrimos.  Mi tristeza y yo andábamos por una parte, tus dificultades y andabais por otra, hasta que nos tropezamos.

Establecimos un tiempo de recorrer las tardes en moto, de conocer nuestras mentiras, de buscar domingos para follar, de encontrarle esquinas a esta ciudad redonda, de fumarnos las prohibiciones.  Mi heptapolaridad –una para cada día de la semana- aprovechó una noche sin lluvia para joderlo todo.  Por suerte no nos quedaron ni fotografías, ni versos, ni cicatrices. Es peor, quedó la impronta.

Las cosas no han cambiado mucho, debes seguir prendiendo fuego con la risa y yo sigo comprobando los mapas del mundo.  En ciertas latitudes hay días en los que llueven libros con rosas, y otros días llueven putadas del pasado (a nosotros nos tocan siempre éstos últimos).  Pero la lluvia nos sigue jodiendo igual, a ti por dentro y a por fuera.

Yo sigo domesticando caminos, y sigues dentro de mi cabeza.  Entonces cierro los ojos, te pienso, y mi mano derecha ya sabe lo que tiene que hacer…

 

( creo que soy feliz mientras te olvido; no lo sé, es un sentimiento nuevo para )

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ALFILERES

Ella ya sabe que todo es mentira, o casi todo.

No le importa pintarse el pelo de colores, porque su obscuro natural -de tierra prometida- siempre queda por debajo y acaba aflorando, no hay nada que hacer.

Lleva media vida esperando un candidato electoral que le prometa cosas imposibles, que la engañe con mentiras de sabores, que le deje un regusto a fresas en la lengua, quiere alguien que le diga que los lunes dejarán de joder tras los domingos, que la lluvia vendrá con advertencias veraces, que los números tendrán opinión propia, que las pecas son mapas estelares dibujados en su piel de india trashumante.

Los vértices intactos de sus tetas siguen el movimiento pendular del tiempo; del tiempo que tarda ese candidato en cumplir las promesas, del tiempo que se toma ese candidato en interpretar los caminos de sus lunares. Y él tiene el mismo arrepentimiento que un preso indultado: ninguno.

Desde entonces transporta mundos muertos en uno de sus bolsillos, en el otro guarda lágrimas intactas, húmedas, vivas, encapsuladas por la propia ingravidez del llanto, dispuestas a desbordarse mejillas abajo en cuanto muera otro mundo.

 


Algún día aprenderá a matar con los ojos, aprenderá a sostener su mirada el tiempo necesario, conseguirá meterse a través de las fibras del nervio óptico y alfiletear    todo mi cráneo por dentro hasta construir un dolor que me haga vivir.

LOS AUSENTES

Diario de a bordo (últimos días)

En el grupo ya no éramos tantos, se había ido reduciendo calladamente desde hacía dos o tres años. Al principio era difícil saber quién faltaba porque no nos conocíamos lo suficiente como para echarnos de menos, a veces dejaban de venir algunos de los recién llegados, de los nuevos, y todos reíamos pensando que habían desertado, que no habían sido capaces de integrarse, que la misión les quedaba grande. Los machos-machos siempre menospreciamos a los ausentes.

Los informes desde el exterior así nos lo hacían creer, las noticias gubernamentales no dejaban lugar para las dudas: todo va bien, las guerras externas no nos afectan, el asteroide portador de la mala suerte no podrá atravesar nuestras barreras. La Retro-resistencia (legal e instaurada desde siempre) contraatacaba dibujando mundos paralelos llenos de desgracias, llenos de fantasmas  grisáceos.

Después hubo unas pautas que hicieron oscilar nuestra fe. Pasado el verano, tras los campeonatos mundiales de imbecilidad, el grupo disminuyó drásticamente, nos dimos cuenta porque faltaban algunos de los más antiguos, de los más expertos, de los que eran indispensables en su sector. Luego las bajas se producían en el último día de cada mes, justo después de recibir los salarios. Ya no nos creíamos las bromas de los caporales: seguro que se acertó los números de la lotería; dijo que había heredado unas tierras en el norte y quiere dedicarse a plantar orquídeas; soñó que le quedaba poco tiempo de vida y quiere recorrer el mundo; ha pedido la excedencia para estudiar el canto de las sirenas. Falso, todo falso.

Ahora es peor, tenemos el miedo metido muy dentro, tan dentro que a veces se manifiesta en el interior de los calzoncillos. Los lunes de cada semana nos enumeramos y buscamos las caras de los que faltan, cada lunes desaparece alguien. En el exterior todo sigue casi igual, los noticieros siguen mintiendo, la Retro-resistencia logró el poder con su estrategia del desasosiego y están cambiando las cosas a su manera, lo que antes estaba bien ahora está mal, lo que antes estaba mal ahora está peor. Nos quieren volver locos, nos quieren alienar. Lo están consiguiendo.

Ayer comíamos en silencio los pocos que todavía quedamos, cruzábamos miradas de recelo entre nuestros platos y nuestros ojos. Uno de los últimos especialistas trasladados -porque ante la falta de recursos habían reorganizado el grupo- rompió el mutismo:

Los he visto, sé donde están los que faltan.

– ¿a todos? ¿has visto a todos? ¿estás seguro?

-Sí, todos.

-¡¡ Demuéstralo ¡!

Esa misma noche el grupo se dispersó por la ciudad, algunos hicieron vigilia en sus coches, otros en las pocas casas de putas que permitían las nuevas autoridades, yo me quedé escondido en un portal fumando (pronto prohibirán fumar en portales que no estén pintados de azul), soñando (pronto prohibirán soñar si no es con documentos y vacunas) y mirando las estrellas (pronto no quedarán estrellas). Muy temprano, a la hora y el sitio convenidos, nos volvimos a reunir justo después del alba, cuando el tráfico de coches y autobuses anula la tregua de la noche. Y era cierto, allí estaban todos y cada uno de los ausentes, más viejos, más tristes, más muertos, pero allí estaban todos. Permanecían mudos en una fila interminable, no había olor a café recién hecho en su aliento, no había luz de alboroto en sus ojos. Caminaban con los pies pegados al suelo cada vez que la fila avanzaba. ¿pero dónde terminaba –o empezaba- esa fila?

Con la valentía de la insensatez nos atrevimos a anticiparnos hasta llegar al destino de aquellos hombres y mujeres, allí descubrimos el horror que les mantenía inmóviles, unos detrás de otros: todos esperaban turno frente a las puertas de las oficinas de la INEM. (1)

 

NOTA: A pesar de muchos sé que todavía hay remedio, que aún nos queda la esperanza de que todo mejore. Lo sé porque aquella noche, mientras fumaba, mientras soñaba, mientras miraba las estrellas, la vi pasar (la esperanza), cruzó lentamente entre las azoteas, volaba sobre una alfombra y tomaba apuntes de lo que tenía que resolver en cuanto tomemos conciencia de lo que nos está cayendo.

 

(1) INEM, Instituto Nacional de Empleo. Oficinas estatales donde debes acudir cuando estás sin trabajo, allí te marean con papeles, con certificados, con fotocopias. Acaban diciéndote que te vayas a tu casa, que no des mucho la lata, que hagas un curso de formación inservible como por ejemplo sanador de almorranas, que ya te llamarán, que aprendas alemán y te vayas a limpiarle el culo a los teutones, etc, etc.

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insolencias

 

imagen bajada de google, un poquitín retocada

Hay pájaros tan bobos, y cortos de vocabulario, que se conforman con los 140 

No tengo nada en contra de ninguna red social, yo me aprovecho de ellas y ellas de mi, pero hay algunos pájaros que se creen que han inventado la vida; anteriormente hubo otros que sabían escribir breve y mejor. Los aforismos ya los inventaron los griegos.

Ejemplos:

-El reloj del capitán de barco cuenta las olas. (Gomez de la Serna, Ramón)

-También dormido el gato ve con nitidez la imagen de sus sueños (Jaramillo, Darío)

-La pintura es una poesía muda. (Da Vinci, Leonardo)

-La diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que en la      democracia puedes votar antes de obedecer las órdenes. (Bukowsky, Charles)

-La niña de la curva sueña con despertar de su pesadilla en una recta. (este es mío)

 

(imagen bajada de google, un poquitín retocada)