Cientos de niños índigos aparecieron varados en las playas de Sinaloa, los equipos de primeros auxilios trabajaron durante horas esforzándose en resucitarlos; sin éxito. El siglo pasado fue un problema con las ballenas, ahora -extinguidas éstas- han sido relevadas por el siguiente eslabón en la cadena de la inteligencia emocional.
Al amanecer, en la bahía de Topolobampo, los pacientes pescadores de peces espada apilan sus arpones y contemplan el espectáculo improvisado de ver emerger adolescentes, uno tras otro, con la mirada perdida, la piel añil y dando las últimas bocanas al aire salado del Mar de Cortés, para concluir su travesía suicida con unos estertores sobre la arena coralina. Cormoranes y garzas sobrevuelan sin saber bien lo que sucede. Este pasado invierno ha ocurrido más veces que en años anteriores.
Irrefutable ley universal: El final es un hermano gemelo del principio.
Los muchachos, hartos de ser escupidos en el patio del recreo, liberan a sus mascotas, ya sean dragones de Komodo o petirrojos de la Guyana. Cansados de pintar corazones de tiza en la pared entablan relaciones astrales con extranjeros que desconocen las palabras negativas.
Dejan de comer carne, vegetales e insectos para no propagar las bacterias de la malquerencia y del odio. Se alimentan de números autistas, de los ceros y de los unos sobrantes en los experimentos binarios. Apagan los televisores y escriben las coordenadas geoposicionales del cometa Halley sobre los caparazones de las tortugas de Carey. Un contrasentido.
Viajan en autobuses plateados Greyhound con un único destino: los puertos de mar. Saltan desde el muelle hasta el agua para empezar a nadar sin rumbo, como brújulas analfabetas, mientras gatos de cristal adelantan las horas silentes del apocalípsis.
En el instante preciso de caer al mar sus ojos no muestran miedo.
A los niños índigos les han robado todo, les han robado hasta el miedo.¹
(1) Aquí tenemos un enmascarado sujeto elíptico al que se le puede poner cara y nombre: la sociedad, el sistema.
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Sin palabras porque cualquier comentario es poca para tremenda entrada…me dejas con la piel y las emociones más sensibles que nunca, un abrazo viejo
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Entre Campeche y Nuevo León hay un territorio donde suceden cosas que a mi también me dejan sin palabras, y esas cosas no son todas malas.
Abrazo amigo.
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Abrazo y tienes mucha razón
Si te refieres a México, el lugar se llama Campeche, y si no perdona este pinche comentario
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Ostia tío, error garrafal. ya está corregido. Gracias amigo.
En realidad Quimpeche es un pueblito africano del Zaire, lo acabo de buscar. jajaja
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Bueno si va desde Africa mucho mejor, porque da lugar a historias asombrosas y abarca más territorios
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Tu creativa literatura consigue llenar mi intelecto y espíritu.
Todo pesa menos cuando se cree distante y ajeno… menudas son las formas de ausencia que vamos escogiendo para mentirnos.
(Me duele infinitamente saber muriendo a tantos hermanos e hijos).
aprecio en mucho tu hacer… crezco con tu abecedario.
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Muy muy agradecido por tus palabras.
No sé donde leí que había grupos de japoneses que se suicidaban sin previo aviso y sin pertenecer a ninguna secta. Las explicaciones oficiales hablaban de depresión, de problemas laborales, etc. Yo creo que no. (después inventaron la Play Station y ahora permanecen viciados a los videojuegos en sus cubículos)
Una abraçada, forta.
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¡Ojú!, espera que lo leo otra vez.
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No hay prisa, no caduca. 😉
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«El final es un hermano gemelo del principio» Tú siempre dando en el clavo. Te leo esa frase que lapída, se me vienen todos los finales a las comisuras, y sí, se tuerce la boca hacia arriba. Es cierto. ¿Lo mejor de todo? que lo que no tiene comienzo, no puede acabar.
Se te echa(ba) en falta. Nebraska sigue allí.
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Hubo un tiempo en que escribíamos sentimientos con palabras porque no teníamos otra cosa más a mano, un tiempo de clandestinos y rumbas. Un tiempo de no miedo a saltar al vacío, de no miedo a la caída.
Volvamos.
(hay gente que se sienta en nuestra mesa y piden dos cañas y una pizza. Después se preguntan porqué. El instinto, supongo)
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Qué relato tan inquietante…
Un excelente broche para terminar el domungo! 😉
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A veces la vida también es inquietante, fotuda pero inquietante. 😉
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Supongo que cualquier cosa que añada a todo lo ya comentado y likeado por la cantidad de gente que te sigue será una mingurriosa parte de lo que realmente remueve lo que escribes. Así que no entraré en todo lo demás, como auténtica fan de las cosas pequeñitas te diré que no puedo ser más fan de tu aclaración de sujeto elíptico enmascarado. 🙂
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Me gusta la gente que tiene más de una neurona, y que además las sabe utilizar. Date por aludida.
(muchosfollower no es sinónimo de calidad)
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No em canse de llegir aquest text, és bellíssim.
Aprofite el comentari per informar-te que t’he nominat per al premi Versatile Award. És un premi de wordpress par bloggers. Sóc nova en tot açò però, com que he sigut nominada també, he de transmetre les meues nominacions.
Pots veure els detalls ací: http://eleygrey.wordpress.com/
Enhorabona i rep una abraçada.
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Pot ser que t’agradi perque al teu arc de Sant Martí particular també es troba el color indi.
Sento la remor de Llevant en el teu accent.
Agraït per les teues paraules i pel premi, peró més per les paraules.
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